luna me vigilaba cada vez que las sombras cubrían la tierra
ternura ya se ha ido y nadie más que yo parece extrañarla
caricias ha cambiado de hogar, dejando un nido vacío y otro por llenar
coraje hoy se esconde bajo las ropas prestadas de olvido
soledad es la única que me acompaña, tolerando mis monólogos
humedad es el día a día, cantares de vidas rotas y sangre derramada
espejismos en desiertos de imaginación robada a débil mano
gloria ya no existe, el cielo cada vez está mas lejos
ahora que todo ha muerto, ahora que todo está perdido
en mi bolsa no queda más que culpa, pena y sinsentidos
Caronte puede llegar cuando le plazca, lo espero en esta ribera del río
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